sábado, 18 de agosto de 2012

att: Juan Fernando Urrea E.


  
En la capital del país, los ciudadanos se enorgullecen de tomar agua de la llave sin riesgo para la salud. También, de contar con dos privilegiados sistemas de abastecimiento -Chingaza y Tibitoc- que a primera vista harían impensable que 8 millones de habitantes en Bogotá y 10 municipios cercanos pudieran llegar a padecer un racionamiento. Su capacidad de abastecimiento, 21,8 metros cúbicos en promedio, puede elevarse a 29, el doble del consumo de los bogotanos, hoy de 13,7 metros cúbicos, y 1,3 metros de sus vecinos. Durante más de un mes, un equipo periodístico de EL TIEMPO, Citytv y ELTIEMPO.COM recorrió palmo a palmo la ruta del agua que irriga a Bogotá y fue testigo de cómo los daños de las fuentes hídricas son inclementes y las amenazas, diversas. Lo peor es que así la EAAB trate o no el agua, debe pagarle al concesionario lo que cobra.
http://www.bogota.gov.co/mad/imagenes_sitios/thumbi_AF_3_IS_26337.jpg
El director de la planta de Tibitoc, Diego Fernando Rodríguez, explica que hasta hace 10 años el registro de materia orgánica en esos caudales era de 6 miligramos por litro. Hoy, tratar un metro cúbico de agua en Tibitoc cuesta 79,43 pesos; antes, valía 32,25 pesos.  El embalse San Rafael, del sistema Chingaza, no escapa del problema. Sus aguas cristalinas se han tenido que mezclar con las del estropeado Teusacá cada vez que Tibitoc cierra. Esas son las aguas que se tratan en Tibitoc, cuando se puede.
http://200.93.163.76/Samuel2011/images/stories/Eliana_Osorio/tibitoc650.jpg
Pese a todo, el Instituto Nacional de Salud (INS) certifica que el agua que suministra el Acueducto es de máxima calidad, apta para el consumo humano.
http://www.observatoriorh.org/costa_rica/sites/observatoriorh.org.costa_rica/files/webfiles/images/Logos/logo20ins20nuevo.jpg

No hay comentarios:

Publicar un comentario